Mallorca a pie: descubrir mejor la isla más grande de las Baleares

Aunque Mallorca es mundialmente famosa por su agua azul profundo y las playas de arena blanca, hoy os demostraremos que el centro de la isla es tan fascinante como sus costas. 

El centro de la isla 

Es auténtico, tranquilo, limpio y sereno. Los habitantes son increíblemente amables y acogedores.

Llegar al campo es fácil

Tan pronto como salgas de la ciudad y te dirijas hacia el centro de la isla, te encontrarás rodeado de olivos, huertos de almendros, viñedos y pequeños pueblos con encanto que aún no han sido descubiertos por los turistas. El florecimiento de los almendros de Mallorca es mundialmente famoso, comparable a los cerezos en flor en Japón, y el aceite de oliva mallorquín se encuentra entre los mejores del mundo.

Además de las vistas a la montaña y al mar, la fascinante flora y fauna mediterránea y las mansiones que se pueden visitar en el camino, lo que hace que los paseos por el interior de Mallorca sean especiales es la posibilidad de alojarse en un glamoroso hotel como el Hotel Palladium Palma. Esta situado en el centro de Palma pero con muy buena comunicación para que llegar a la parte rústica de la isla sea un juego de niños.

La vinificación 

Cuando se trata de la vinificación, la única razón que se me ocurre para explicar por qué Mallorca no es mundialmente famosa por sus vinos es que casi ninguna botella sale de la isla. Los tintos mallorquines son vinos con cuerpo y redondeados. Los mejores blancos recuerdan a los de California, sin ser demasiado “roble”. El mejor lugar para degustarlos es el área entre Benisalem y Biniali.

La cocina Mallorquina – para chuparte los dedos

En cuanto a la cocina, en Mallorca el marisco de hoy es el camino a seguir, pero, algo sorprendente para una isla, no siempre ha sido así. De hecho, los isleños solo desarrollaron una verdadera industria pesquera en los últimos 50 años. Además de los mariscos, están particularmente orgullosos de la forma en que cocinan el cordero, que se considera el plato que representa la región, junto con la sobrasada y la ensaimada.

A nivel personal, soy un gran admirador tanto de la comida mallorquina simple y tradicional que se puede degustar al mediodía en uno de los muchos restaurantes de menú del día en el camino, como de los nuevos, innovadores y glamorosos restaurantes gourmet que se han multiplicado en Mallorca, especialmente en Palma y en la comarca de la sierra de Tramuntana.

La experiencia mallorquina es, sin duda, una experiencia reveladora.